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ESPIRITUALIDAD

El Santuario -en unidad con el Centro de Espiritualidad- ha sido lugar donde Jesús ha decidido mostrar su Corazón, su amor. El mismo lo ha querido así, convirtiéndolo en un lugar de gracia. Por lo tanto, nosotros no tenemos más que secundar esta voluntad divina y dejar que nuestra vida quede inundada de Su presencia.

La preciosa imagen que preside el retablo del altar nos indica lo que aquí sucede a todos los que nos acercamos a este santo lugar: Jesús, resucitado y glorioso, con la mano izquierda intercede al Padre por nuestras necesidades, y con su mano derecha derrama las bendiciones del cielo, que El mismo nos ha conquistado a precio de su sangre. Es el sacerdocio eterno de Cristo.

Por lo que aquí, nos hallamos en un:

Corazón de Jesús del retablo mayor

Corazón de Jesús del retablo mayor

Lugar de encuentro

Primero con Dios, que siempre nos está esperando con los brazos abiertos, estemos como estemos, para sanar, restaurar, aliviar, fortalecer… para entrar en comunión con El, haciendo que nuestro corazón sintonice con el Suyo, a fin de latir al mismo ritmo.

Encuentro con los hermanos, haciendo familia, generando lazos fraternos, alrededor de la mesa de la Eucaristía, de la oración. Desterrando todo lo que pueda impedir que su Reino crezca en nuestra Iglesia, en nuestro mundo e intercediendo por sus necesidades.

Encuentro con nosotros mismos, con nuestro propio corazón que es el lugar de la sinceridad, donde no se puede engañar ni disimular (Dilexit nos 5). Entonces, nos sabemos amados en la sencillez de nuestra vida, en nuestro día a día, en nuestros quehaceres cotidianos donde humildemente llevamos el amor recibido.

Esmalte en vidriera del Corazón de Jesús

Esmalte en vidriera del Corazón de Jesús

Lugar de reparación y misericordia

Donde nos reconocemos frágiles, débiles, pecadores… y con sencillez nos abrimos a su amor misericordioso. Podemos vivir desde nuestra verdad, desde un corazón pequeño que quiere amar a pesar de las limitaciones, porque tenemos la certera esperanza de su misericordia. Así sabemos que en la capacidad de compungirse y el perdón está nuestra verdadera libertad. Podemos esperar que en El todo puede ser nuevo, en nosotros, en los hermanos y en el mundo.

Sensibles al dolor de su amor no correspondido y haciendo de nuestra vida una ofrenda e incluso, dando un paso más, en la clave que el Papa Francisco nos invita a comprender la reparación: “liberando obstáculos que ponemos a la expansión del amor de Cristo en el mundo, con nuestras faltas de confianza y entrega”. (Dilexit Nos 194).

Cristo de los mártires

Cristo de los mártires

Lugar de comunión

Porque en el Corazón de Jesús somos acogidos todos. El abraza a todos y a nadie deja fuera (PP. Francico, JMJ Lisboa). Y son acogidas también todas las sensibilidades de su esposa la Iglesia. La espiritualidad y el culto al Corazón de Jesús son de tal riqueza que puede vivirse de múltiples maneras. Esto es así porque “la devoción al Corazón de Cristo es algo esencial a la propia vida cristiana en la medida en que significa nuestra apertura, llena de fe y de adoración, ante el misterio del amor divino y humano del Señor, hasta el punto que podemos sostener que el Sagrado Corazón es una síntesis del Evangelio” (Dilexit Nos 83).

Púlpito con la Palabra de Dios

Púlpito con la Palabra de Dios

Lugar de crecimiento

Donde maduramos en la fe, en la intimidad con Cristo, en el amor, en la vida espiritual. De ahí que cada acto litúrgico, adoración o actividad realizada tenga como finalidad alcanzar un mayor conocimiento de El. En esto está nuestra vida, vida eterna.

Poniendo la Palabra y la sabiduría de la Iglesia acumulada en su tradición como núcleo central y luz de nuestro caminar. Alentando la importancia de cultivar tanto la espiritualidad como la formación en todas sus modalidades; pues así como la formación sin oración ni interioridad se convierte en intelectualismo, una fe sin formar se convierte en falso misticismo.

Y finalmente, abriéndonos al Espíritu Santo que Jesús derrama desde su Corazón, para que nos inunde de los dones y carismas necesarios para la construcción de su Iglesia y bien del mundo entero.

 

Pedimos al Corazón de Jesús que así sea y su Reino irrumpa con fuerza. Sagrado Corazón de Jesús en Ti confiamos.

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